Las hermanas de la Sociedad de María animaron y predicaron el retiro anual de mujeres sobre la oración de Jesús. El Espíritu Santo fue enseñando a orar de modo que cada participante se enriqueció con prácticas concretas de oración que potencian un vínculo más personal y directo con Jesús.
En estos días, mientras recibía testimonios de los frutos del retiro, reafirmaba la convicción de que los retiros son un medio insustituible para la conversión y el crecimiento en la fe. Muchas sanadas de sus males y con horizonte de nueva vida.
Una de ellas compartía: “Fue una experiencia increíble, un encuentro con el Señor que no me lo esperaba, una sensación de paz al volver a mí casa, ya estoy poniendo en práctica lo que Jesús me enseñó y lo que aprendí en el retiro, Dios me cambio me siento, una mujer renovada con más hambre del Espíritu Santo”
Otra participante decía: “El día domingo sentí la presencia de Jesús, él se manifestó de una forma muy hermosa, antes de orar con mis compañeras, fui y me senté sola debajo de un árbol, miré hacia el suelo y veo algo que brillaba, se trataba de él, era una imagen de Jesucristo victorioso. Siento que el Señor me invita continuamente a seguirlo y realizar su obra, y que me dice acá estoy hija… no estás sola, estás conmigo… Yo soy tu pastor y nada te faltará.”
Hay una fuerza espiritual renovada que impacta en la catequesis, en las encargadas de adoración, en el ministerio de liturgia y sobre todo en 70 familias que recibieron estos frutos.
Muchas gracias
P Juan Ignacio