Peregrinar a lugares santos es una práctica de fe que ayuda a levantar el corazón, inspirarse en seguimiento de Cristo y gozar con la riqueza espiritual de los santos. Por eso, cada año buscamos que los niños de catequesis y sus familias puedan participar de esta peregrinación.

Visitamos el parque temático donde los niños y adulto de un modo muy dinámico conocen la vida de Santo padre Brochero y de su familia. Cada estampa capta la atención y curiosidad de todos. Lo que genera una apertura para escuchar y aprender. Luego visitamos la casa de ejercicios donde han pasado miles de hombres y de mujeres para santificar sus vidas.

Por la tarde, celebramos la misa en alguna capilla significativa para Brochero. Toda la peregrinación es una ocasión para orar, compartir testimonios y aprender de este ejemplo encarnado. Cada vez que estoy allí pido por los retiros, por los que están alejados. Que Brochero nos contagie ese espíritu misionero y esa astucia propia del evangelio.

P. Juan Ignacio